El precio de los implantes dentales sirve como gancho para las franquicias
En los tiempo que corren donde captar «clientes» cada vez es más complicado por los momentos económicos por los que atraviesa nuestro país, la utilización de técnicas de marketing y venta pasan a formar parte de muchas empresas cuyo único propósito es conseguir buenos números para sus inversores a final de mes, algo que aparentemente puede parecer normal para cualquier negocio, debería de dejar de serlo en aquellas «empresas» que se dedican al sector de la salud, especialmente extendida en los últimos años ha sido esta práctica en algunas clínicas dentales, especialmente las franquicias, que utilizan el precio de los implantes dentales como herramienta.
La práctica habitual de estas multinacionales del diente es desglosar el precio de los implantes dentales en todas las fases y procedimientos que se dan para su colocación y posterior realización de la prótesis, es decir, y para que nos entendamos, dividen el precio de los implantes dentales como aquel que va a comprar un coche y le dicen únicamente el precio de la carrocería, cuando va a recoger su coche nuevo ilusionado, se encuentra con la sorpresa de que en el concesionario le dicen que si quiere ruedas y volante los ha de pagar a parte, y no estamos hablando precisamente de extras, sino de partes primordiales del coche para que éste pueda cumplir su función.
Con el precio de los implantes dentales, ocurre pues, exactamente lo mismo. Las prácticas de venta y marketing de estas «factorías» consiste en desglosarse el precio del tratamiento de forma que publicitan únicamente el precio del «tornillo» propiamente dicho, sin especificar nada más, la sorpresa viene luego cuando te cobran a parte la cirugía para su colocación, las citas de revisión e incluso la retirada de los puntos, procedimientos que todos ellos deberían estar incluidos dentro del precio del tratamiento, ya que la odontología no es un bien tangible sino un servicio profesional prestado a los pacientes por parte de personal legalmente autorizado y cualificado para ello. Un implante dental no es un material que se pueda comprar en tiendas, como ferreterías, lo que el paciente esta pagando cuando le dicen el precio de los implantes dentales, no es más que la formación y el tiempo de los profesionales que están llevando su tratamiento odontológico y todos los gastos derivados del mismo.
Los odontólogos y estomatólogos con nombres y apellidos, evidentemente, también buscamos una remuneración económica al trabajo que realizamos, pero en nuestras clínicas, que en la mayoría de casos están bautizadas con el nombre del propio profesional o profesionales que ellas trabajan, la excelencia en nuestro trabajo es una máxima, ya que nuestro mejor «marketing» es una recomendación de algún paciente satisfecho a amigos o familiares, al no disponer de millones y millones de euros para invertir en marketing y captar «clientes».
Son muchas las campañas que desde el Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia se han llevado a cabo para concienciar a la población de este tipo de prácticas engañosas llevadas a cabo por las grandes compañías dentales, que únicamente buscan el beneficio económico de sus empresas sin importar la calidad asistencial ni la salud del paciente al que se está tratando. Los pacientes NO SON LOS CULPABLES de ser engañados por este tipo de prácticas éticamente reprobables, pero en la sociedad de la información en la que vivimos, la excusa del «yo no sabía…» cuando se buscan tratamientos para la salud a precios irrisorios es cada vez menos excusa.
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